| ¿Pelea o juego?
Alrededor de la tercera semana de vida, los gatitos descubren el juego. Más o menos tres semanas más tarde, sus técnicas están tan refinadas que, en ocasiones, sus actividades adquieren una gran virulencia. En el cachorro, el juego social es fundamental para aprender a relacionarse con los de su propia especie y adquirir experiencias que serán muy valiosas en la vida adulta. En el caso de gatos domésticos, además, el juego es una válvula de escape para liberar las tensiones causadas por comportamientos reprimidos, tales como la caza.
Así pues, debemos de saber que muchas de las peleas más cruentas con las que nos vamos a encontrar no son sino juegos, ahora bien ¿cómo diferenciar un inocente juego de una pelea en toda regla? Atendiendo al lenguaje corporal del gato (pupilas dilatadas, piel erizada, posición de las orejas y de la cola) conseguiremos diferenciar estos dos comportamientos.
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